Carta de Gabi desde Bolivia, al grupo de ultravioletas

Saludos para ustedes mujeres humeantes, estas líneas son sólo la intención de compartir ideas y sensaciones que surgieron a partir de algo que leí. Como en muchas otras ocasiones, lo que voy a escribir podría haber quedado en mi cabeza, se hubiese acomodado en un lugar bastante confortable y probablemente en un tiempo ya ni me acordaría de lo que sentí. Esta noche me han dado ganas de hablar.

Lo que leí intenta explicar el orígen de la vida del ser humano concebida de forma individual, donde se pierde el deseo y la necesidad de unirse a otros seres para transitar situaciones de adversidad. Se refiere específicamente al hombre y cuenta que cuando éste es capaz de crear sus propias armas, se siente fuerte contra la naturaleza, y ya no tiene la necesidad de pertenecer a un grupo que lo proteja, que lo acompañe; y es entonces cuando empieza a planear su vida en función de si mismo.

Fue en el grupo en quien pensé después de leer esto, pero no me quedé ahí y fui un poquito más atrás, tratando de trazar una línea entre el momento en que empecé a afrontar la idea de que me gustaban las mujeres y cómo me siento hoy. Fue emocionante recorrer ese camino mentalmente y tomar conciencia de la importancia que algunas personas tuvieron, de muchas maneras. Algunas me acercaron a lugares indicados, otras me prestaron las palabras necesarias para expresarme y definirme.
Pienso, porque así lo he sentido, que la gente que vamos conociendo, de alguna manera va abriendo puertas interiores que llevan a lugares que una no tenía idea que existían, es por esto, que no puedo pensar en la posibilidad de haber llegado sola a este momento en el qué estoy muy feliz con lo que elijo para mi vida. No concibo mi realidad de mujer lesbiana sin sentirme un poquito parte de las historias de cada una de ustedes, y sin sentir que todas esas personas con las que me crucé están dentro mio, como ideas que permanecieron o en forma de amor.

Gabi